Nacional. Serán más de 80 adolescentes y jóvenes los que podrán acceder al nuevo Programa de Libertad Asistida Especial (PLE), a través de una intervención especializada que favorezca a la reinserción social.

Al respecto, Paula Carrasco, directora zonal centro, señaló que este desafío institucional implica fortalecer el trabajo impulsado por la institución en seguir avanzando en el diseño y ejecución de la intervención bajo parámetros basados en la evidencia: “hemos realizado un significativo esfuerzo, de poder instalar modelos basados en la evidencia, para poder desarrollar acciones interventivas con impacto. En ese sentido, hemos estado a la vanguardia en conjunto con Universidad de La Frontera, en todo lo relacionado con el Modelo Multidimensional de Intervención Diferenciadas con Adolescentes Infractores de Ley (MMIDA), lo que se traduce en una cultura interventiva distinta, la que comenzamos a instalar desde el día cero con nuestro nuevo proyecto PLE Ñuñoa”, indicó.

Así lo señaló también Loreto Burgos, coordinadora técnica de Fundación Tierra de Esperanza quien destacó que “hemos comprometido no sólo implementar un proyecto, estamos comprometiendo instalar un modelo de trabajo con innovación científica y tecnológica para la gestión de intervenciones diferenciadas, que requiere inversión de recursos financieros, materiales y humanos para implementar con el estándar de trabajo definido en la propuesta “. Además, enfatizó que a nivel técnico será importante el equipo humano que trabajará bajo este modelo científico, y afirmó que “este grupo de profesionales, bajo el MMIDA, están llamados a desarrollar un trabajo como un equipo cohesionado, que debe formarse, deben ser capaces de aprender, de apropiarse conceptualmente de las bases teóricas y empíricas al mismo tiempo que las aplica con los y las adolescentes que deben ir atendiendo en un proceso casi simultáneo, que les exigirá ser rigurosos porque además tendrán que registrar, gestionar sus procesos a través de la plataforma SIGID-MMIDA para dar cuenta del efecto de su trabajo”.

Jorge Leiva, director programa PLE Ñuñoa.

La dirección del proyecto fue asumida por Jorge Leiva, profesional que se desempeñaba liderando el programa de Apoyo Socioeducativo (ASE) en la zona sur poniente de la capital. Leiva señaló que iniciar este nuevo proyecto lo tiene con emociones encontradas, por un lado con un dejo de nostalgia de salir del programa educativo que me tocó iniciar, pero que sabía que ya estaba el ciclo cumplido y con la alegría de asumir un desafío  muy importante en mi vida profesional, también comprendiendo  las expectativas que se han ido desarrollando y en todo como institución tenemos que hacer”. Además, agregó que la mirada de la sociedad frente a la justicia penal adolescente “es una realidad que tiene muchas aristas que van interrelacionadas. Algo transversal es que se aborda de forma separada en donde las instituciones trabajan cada uno por su lado en su isla, eso da cuenta de la poca capacidad de diálogo y de ponernos de acuerdo con elementos fundamentales, nos falta una conversación seria para definir qué estamos haciendo, hacia dónde queremos ir y cómo lo podemos hacer, en conjunto, en donde todas las voces se escuchen y no se termine resolviendo desde una oficina”. En este mismo ámbito agregó que el sello estará dado por “tener la capacidad para escuchar , esa es una habilidad fundamental en cualquier proceso, nos  permitirá poder analizar la realidad desde una mirada humana y tomar decisiones en conjunto en pro de cada una de las personas con las que trabajaremos y realizar un fuerte trabajo en red, promoviendo el trabajo colaborativo y la comunicación”

En este ámbito Fundación Tierra de Esperanza promueve la mirada integral en sus equipos. Paula Carrasco, directora zonal centro, manifestó que “llevamos varios años desarrollando encuentros técnicos, disciplinarios y de cuidado de equipo, entre directores y equipos, según modalidades de intervención, lo que ha sido muy nutricio para el trabajo colaborativo“. Asimismo, destacó que “ estamos realmente muy motivados en poder trabajar de manera estrecha con el Servicio, de poder coordinarnos colaborativamente con las redes, y generar procesos de intervención articulados y con focos diferenciados hacia una misma meta en común”.

El nuevo programa PLE Peñalolén se suma a los otros proyectos que Fundación Tierra de Esperanza tiene en la línea de justicia penal adolescente, y que están presentes en las regiones de Antofagasta, Valparaíso y en La Araucanía.