Región Metropolitana. Reconocer y celebrar el camino que nueve jóvenes iniciaron hace casi dos años para dejar las drogas fue el objetivo de una emotiva ceremonia organizada por Fundación Tierra de Esperanza, a través del programa PAI Riviera Centro de la región Metropolitana, orientado al tratamiento terapéutico para la rehabilitación en consumo de drogas.

La actividad fue realizada virtualmente y estuvo  marcada por momentos simbólicos, iniciándose con el relato de la leyenda japonesa Pez Koi, como símbolo de fuerza ante la adversidad, y que reflejó los distintos momentos que vivieron las y los jóvenes en este proceso.

Rafael Mella, director ejecutivo de Fundación Tierra de Esperanza, manifestó que “ es un orgullo por los jóvenes este momento porque sabemos el esfuerzo que significa todo este tiempo. Nos alegra ver concretado los esfuerzos de los jóevenes en una ceremonia que proyecta un futuro distinto, un futuro mejor. Es el esfuerzo reflejado también como Fundación Tierra de Esperanza hacemos día a día , en distintos programas, desde Iquique a Puerto Montt, con equipos comprometidos”

En tanto, Daniela Díaz, directora del programa PAI IA,  señaló que “para nosotros es muy especial y de mucha felicidad terminar un proceso que no fue fácil , con altos y bajos, pero que se ha logrado terminar y eso nos tiene muy felices como equipo. Nos llena de alegría, este es un programa nuevo que partió en septiembre de 2019, y muchos de quienes egresan, abrieron el programa con nosotros, todo este desarrollo ha sido con ellos, escuchándoles” indicó.

El contexto de pandemia fortaleció aún más el trabajo del equipo, motivando a los jóvenes a no declinar, manteniéndose vinculados incorporando la tecnología, las redes sociales con mucha creatividad para mantenerse conectados.

Karen, mamá de uno de los niños participantes del programa, agradeció el haber sido parte del proyecto Riviera ya que permitió dar una nueva oportunidad a su hijo: “Ingresé con mucho miedo, porque al escuchar la palabra drogas te imaginas muchas cosas. Mi hijo era el menor del grupo, 12 años, tenía miedo que los más grandes le enseñaran cosas malas. Pero siempre sentí el apoyo del equipo, solucionaron mis dudas siento que con mi hijo pude crear un vínculo, ese que nos faltó hace muchos años atrás. Esto nos ayudó a los dos a encontrarnos y a conocernos , solo espero que las drogas hayan sido pasajeras en su vida y que no las necesita para poder salir adelante. Agradezco a todo el equipo que siempre estuvieron con nostros”.

En tanto Vicente, uno de los jóvenes que participó en el programa, señaló que “me da pena salir porque los veo como una familia. Sé que el contacto se va a mantener, pero siempre sentí la preocupación de ustedes y se que van a seguir estando”. Cabe señalar, que en el programa una vez egresados los y las jóvenes, durante un año se realiza seguimiento, con el objetivo de acompañar en este proceso.

En la actividad estuvo presente Francisca Zaldívar, directora de Senda en la Región Metropolitana,  y entre otros asistentes, María Ester Ferrer, encargada de gestión de programa y red infanto adolescente del Servicio de Salud Metropolitano; Paula Carrasco, directora zonal Centro de Fundación Tierra de Esperanza y Laura Monge, coordinadora técnica de Fundación Tierra de Esperanza.