Antofagasta. La iniciativa busca a través del cine instalar la reflexión y dialogar sobre los estereotipos que se construyen en la sociedad en la temática de género.

Rosa Morales, directora del programa que impulsó la iniciativa, explicó que “la experiencia nos ha permitido compartir sus percepciones sobre el género y reconstruir opiniones en torno a la igualdad de género”. Además, agregó que “el impacto en los jóvenes ha sido muy positivo,  las actividades de cine se ha incorporado a su rutina semanal (…) la prisionización  es difícil sobrellevar en un medio privativo de libertad, por lo que brindarles un espacio adicional  que los conecte  con historias, paisajes  y aventuras del mundo, les permite bajar los niveles de ansiedad, tener temas de conversación distintos, perspectivas  y reflexiones  personales y colectivas que los ayudan a conectarse con otros”.

Luis, uno de los jóvenes asistentes, señaló que una de las películas que vio fue  Talentos Ocultos, filme de la vida real que narra la historia de tres mujeres afroamericanas que trabajan en la NASA y comentó “se trata del racismo  y de la mujer,  y me gusto mucho  porque al final la mujer demuestra  lo que puede hacer  sin importar  si es morena o blanca”.

La sala de Cine se implementó a través de un proyecto financiado por el Fondo Nacional de Desarrollo Regional, del Gobierno Regional de Antofagasta, y hoy permite realizar diversas funciones que también apuestan a la recreación.

Opinión de los adolescentes y jóvenes

Algunas de las opiniones registradas por los adolescentes y jóvenes que participan en el proyecto Kausana, de Fundación Tierra de Esperanza, e impulsor de la iniciativa que funciona en el Centro de Internación Provisoria y Régimen Cerrado de Antofagasta, fueron:

“Es de lujo el cine”

“La película estuvo muy buena, la discriminación no debería existir”

“Las mujeres merecen las mismas oportunidades”

“Me sirvió para motivarme para luchar por lo que quiero”

“La película El viaje de Chihiro  refleja mucho lo que pasamos. En una parte los papás se ponen a comer en exceso  y es lo que pasamos nosotros cuando consumimos drogas. No podemos parar”