Concepción.- En dependencias de la SEREMI de Salud del Biobío sesionó la Mesa de Salud Mental en Emergencias y Desastres, donde participaron especialistas de la Autoridad Sanitaria, de los servicios de Salud de Concepción y de Talcahuano, Junaeb Biobío, Programa de Apoyo a Víctimas de la subsecretaría de Prevención del Delito, Universidad de Las Américas, Fundación Alto Río y Fundación Tierra de Esperanza, con el objetivo de evaluar tanto las iniciativas ejecutadas a la fecha, como los cursos de acción futuros en contexto de los incendios forestales que afectan a la zona y de otras emergencias.

La Mesa de Salud Mental permite desarrollar estrategias conjuntas en materia de salud mental a objeto de seguir enfrentando la emergencia, entendiendo que éstas producen un estrés importante en la población, generando respuestas emocionales en las personas, que son esperables y normales, y las que tienden a recuperarse espontáneamente en el curso de días o semanas”, señaló el Seremi de Salud del Biobío, Héctor Muñoz.

En ese contexto, se encuentra activo un equipo de salud mental del Servicio Salud Concepción y desplegado en Penco, una Unidad Móvil de Salud Mental del SS Talcahuano, la que ya había atendido al 13 de febrero un total de 29 personas.

Consejos de Salud Mental ante un incendio forestal
Ante un incendio forestal en particular o una emergencia en general, las manifestaciones esperables en adultos dicen relación con nerviosismo, angustia, culpar a los demás, tristeza y/o llanto, impotencia, insomnio, irritabilidad, disminución de la capacidad de trabajo, crisis de pánico, entre otras reacciones.

Para cuidar la salud mental, las personas pueden:
→ Participar de la comunidad, ayudar a proteger a personas o segmentos más vulnerables.
→ Buscar compañía y compartir los sentimientos y pensamientos, escuchar y ayudar a otras personas en su misma situación.
→ Darse permiso para sentirse afectado.
→ Realizar ejercicios de relajación y respiración.
→ Estructurar el tiempo y mantenerse ocupado.
→ Eeiniciar las actividades habituales lo antes posible.
→ Hacer cosas que lo hagan sentirse bien, útil y solidario.
→ Descansar lo suficiente, intentar comer bien y regularmente.
→ Evitar la exposición a noticias reiteradas sobre la emergencia.
→ No evadir el sufrimiento.
→ No automedicarse.

Cuando las manifestaciones son muy intensas o se prolongan en el tiempo es importante recurrir a los recintos de salud por ayuda, ya que dichas reacciones pueden afectar la cotidianeidad y la convivencia con los demás”, agregó la autoridad sanitaria.

En el caso de los niños, lo más importante es contar con cercanía física y afectiva de su cuidador o adulto significativo; entender que las conductas de miedo, irritabilidad, alteraciones del sueño o no querer separase de los adultos son reacciones normales en estos casos e irán desapareciendo con el tiempo; y que retomar gradualmente la rutina ayuda a los niños a sentirse seguros.

Otros consejos en este segmento etario dicen relación con ayudarlos a recuperar la rutina del juego, facilitando la expresión de lo vivido. También es importante en el contexto de la emergencia resguardar la salud mental de trabajadores asistenciales, debido a que trabajar con personas que se encuentran en situaciones de tristeza y desesperación producto de un desastre puede ser estresante.

Se pueden evitar daños a la salud mental con simples medidas como caminar 15 minutos en algún momento de pausa; beber abundante líquido, evitando el exceso de cafeína y alcohol; conocer los límites individuales, tomándose un momento para descansar; dejar tiempo para conversar con la familia y amigos; no dudar en pedir ayuda o consejo, y tratar de equilibrar las demandas del trabajo en la emergencia y las necesidades propias y de la familia”, señaló la encargada de Salud Mental de la SEREMI de Salud, Andrea Salgado.

En caso de habilitarse albergues, lo importante es proteger y no descuidar a niños (as), personas mayores y personas en situación de discapacidad; participar en la organización y funcionamiento del albergue, buscar compañía para compartir experiencias y hablar, apoyar en las tareas de recuperación, organizar y participar de actividades recreativas, no evadir el dolor o sufrimiento con drogas, alcohol o automedicación”, agregó Salgado.

Respecto al proceso posterior a la emergencia, cuyas reacciones muchas veces se invisibilizan producto de la rutina, es importante tener en consideración que las atenciones en salud pueden darse en una fecha muy posterior a una emergencia, donde pueden aparecer síntomas, como tener problemas de alimentación, de sueño, sobre reaccionar ante una noticia u otros estímulos. «Para estos casos, se encuentran disponibles equipos de salud y especializados para aportar en orientar a la población y reducir los miedos o incertidumbre», dijo Claudio Guerrero Bolívar, Integrante de la Mesa de Salud Mental en Emergencias y Desastres y Coordinador Nacional de la Unidad de Gestión del Riesgo de Desastres de la Fundación Tierra Esperanza.

La red de atención de la región se encuentra capacitada en primera respuesta y dentro de las próximas iniciativas de la mesa está el rotar la muestra “La Tierra del Biobío habla” en comunas donde se produjeron incendios forestales, así como replicar la metodología de Primeros Auxilios Psicológicos en comunas afectadas.