Por Ricardo Suazo Guzmán, director de la Dirección Técnica de Fundación Tierra de Esperanza.

Cada 18 de mayo, desde el año 2005, se conmemora en Chile el “Día Nacional de Lucha Contra la Explotación Sexual Comercial Infantil”, con el fin de sensibilizar a la comunidad nacional sobre esta grave problemática.

Aún cuando la fecha en que se decretó pareciera próxima, son profundos los cambios ocurridos en este breve espacio de catorce años. Algunos de ellos han implicado profundas transformaciones: vemos de manera patente que la tecnología y conectividad está al alcance inmediato de nuestras manos, modificando la manera de relacionarnos a escala global. El mundo ha cambiado.

Actualmente adolescentes y jóvenes ocupan un rol relevante en el manejo de la vertiginosa innovación tecnológica digital, a propósito del uso creciente y cada vez más temprano de las tecnologías de la información y la comunicación. Este rol de avanzada, que tradicionalmente formó parte del ámbito de desarrollo propio de los adultos, era impensado hace veinte años. De esta manera, parte importante de la socialización de la infancia y adolescencia ocurre en un espacio social en que las distintas generaciones están diferenciadamente representadas, generando una brecha que dificulta la capacidad de los adultos para involucrarse en las actividades que desarrollan niños, niñas y adolescentes especialmente a través de internet y las redes sociales.

Resulta indiscutible que el acceso de niñas, niños y adolescentes a las nuevas tecnologías es necesario como parte de un proceso de inclusión y democratización. Pero a su vez, no podemos desconocer los riesgos y amenazas que este nuevo espacio supone. Por tanto, debemos asumir que las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a ser protegidos no sólo en su hogar, en los espacios recreativos o escolares, sino también en el espacio virtual.

Como marco institucional, debemos recordar que la Política de Infancia y Adolescencia 2015–2020 señala dentro de sus orientaciones prioritarias la necesidad de avanzar en la protección legal de los derechos de niños, niñas y adolescentes en el ambiente digital, cautelando la existencia de redes de protección, denuncia, orientación y ayuda a las víctimas de delitos asociados al uso indebido de la tecnología. Señala que se deben promover conductas que refuercen el autocuidado para disminuir la vulnerabilidad y los riesgos en el uso de internet frente al grooming, cyberbullying y sexting, además de abordar la prevención y protección de datos personales (privacidad, imagen e identidad).

Debemos ser claros en que el mundo adulto es el principal responsable de la prevención de la explotación sexual a través de internet.

Para ello, asumiendo como reales los cambios ocurridos desde el 2005 al 2019, podemos preguntarnos: ¿el mundo adulto ha cambiado lo suficiente como para orientar a niños, niñas y adolescentes a tener un uso responsable de las tecnologías?, ¿les recordamos permanentemente a niños, niñas y adolescentes que cualquier información que publique en internet puede ser copiada, guardada o compartida por una gran cantidad de personas?, ¿conocemos y hacemos uso de las herramientas y dispositivos de seguridad, generalmente gratuitos, que ofrecen los proveedores de Internet?, ¿acordamos en conjunto con niños, niñas y adolescentes los tiempos de uso del computador, tablet, smartphone o consola de videojuegos?, ¿conversamos sobre la importancia de evaluar y seleccionar la información que encuentran en internet?, ¿promovemos la comunicación respetuosa al intercambiar opiniones a través de internet?, ¿conversamos permanentemente sobre la necesidad de adoptar medidas como no aceptar a desconocidos como “amigos” en las redes sociales o no publicar fotos que puedan complicarle a él, ella u otras personas?, en redes sociales, como Facebook, Twitter, Instagram o Snapchat, ¿les ayudamos a establecer las opciones de privacidad de su perfil, para no compartir ni exponer toda su información?, ¿conocemos las edades mínimas y su fundamento, para abrir un perfil en las distintas redes sociales?

A catorce años del inicio de la conmemoración en Chile del Día Nacional de Lucha Contra la Explotación Sexual Comercial Infantil, los adultos ¿hemos cambiado lo suficiente?