Una invitación a sistematizar y difundir las prácticas que los más de 70 proyectos tiene la Fundación Tierra de Esperanza desde Iquique a Puerto Montt está realizando la institución a todos sus equipos para difundir sus experiencias diferenciadoras.
Según, Hipólito Cáceres, señaló que “a través del Área de Gestión del Conocimiento queremos potenciar y socializar estas prácticas entre los equipos con el fin de contribuir a mejorar la calidad de nuestro trabajo, convocamos a todos los profesionales y técnicos a participar en la Primera Convocatoria interna de Sistematizaciones Cualitativas de Experiencias y Prácticas. Esto contribuirá a pasar de un conocimiento tácito a la generación de un conocimiento explicito compartido por todos”.
El plazo para postular es hasta el 31 de agosto y para mayor información pueden comunicarse al teléfono 41-2106862 y al mail gestion.conocimiento@tdesperanza.cl.
1ª Convocatoria Proceso de Sistematización de Prácticas y Experiencias Fundación Tierra de Esperanza

 

La sistematización surge a mediados de los ‘60 como una actividad distinta, con una lógica propia que busca obtener conocimiento de la práctica, con el propósito de recuperar el recorrido de los movimientos sociales emergentes y dar a conocer una práctica profesional institucional no asistencial, sino promocional. Como proceso, se interrumpe en Chile en el año 1973, pero se divulga en América latina tanto en universidades como en gremios profesionales, por la preocupación de obtener conocimiento de experiencias singulares. A casi una década del golpe militar en Chile, son los organismos no gubernamentales (Ong’s) quienes retoman la sistematización, especialmente, en torno a la crisis de los años 1982 y 1983 (continuando, también, en los años posteriores), con experiencias vinculadas a la Educación Popular, en un esfuerzo multidisciplinario ligado a los avances de las ciencias de la educación y las ciencias sociales relacionadas con la investigación cualitativa. Con el retorno a la democracia en Chile, surge desde las instituciones una demanda por la sistematización, tanto en organismos internacionales, instituciones estatales y en el ámbito académico, específicamente en educación y trabajo social (Quiroz, T. Bonnefoy M).

La sistematización es un proceso generador de conocimiento, entendiendo el conocimiento como todo lo que un actor (persona o institución) utiliza para generar comportamientos, actitudes y acciones dirigidas hacia un objetivo. Los procesos de sistematización se han posicionado con fuerza como una estrategia que permite la producción de conocimiento sobre las prácticas de intervención social en una realidad específica (Nirenberg, Brawerman y Ruiz, 2003), en particular en el contexto latinoamericano. Al realizar un proceso de sistematización se espera como resultado para los equipos participantes, que éstos puedan aprender sobre sí mismos a través de la reflexión de sus acciones pasadas y para quienes revisen este tipo de trabajos, extraer experiencias que se puedan implementar en otros contextos y producir sus propios aprendizajes (Niremberg y otros, 2003).

Es un ordenamiento de la práctica social, a través de la reflexión crítica. Es aquella interpretación crítica de una o varias experiencias que, a partir de su ordenamiento y reconstrucción, explicita la lógica del proceso vivido, los factores que han intervenido en dicho proceso, cómo se han relacionado entre sí y porqué lo han hecho de ese modo (Jara, 1994). En este sentido, la sistematización es un proceso de recuperación, tematización y apropiación de una práctica determinada, que al relacionar sistémica e históricamente sus componentes teórico-prácticos, permite a los sujetos comprender y explicar los contextos, sentidos, fundamentos, lógicas y diferentes aspectos que presenta la experiencia, con el fin de transformar y cualificar la comprensión, experimentación y expresión de las prácticas (Guiso, 2001 en Ruiz Botero, 2001). Es un tipo de práctica, que busca una reflexión sobre la propia experiencia con el fin de mejorarla y aprender de ella, al mismo tiempo que produce un conocimiento susceptible de ser transmitido. Así, se reconoce principalmente como una práctica educativa, mediante la cual los equipos reflexionan críticamente sobre su quehacer con el fin de mejorar su trabajo y comunicar sus aprendizajes (Jara, 1994; Palma, 1992).

La sistematización en su sentido específico, siempre pondrá acento en la interpretación crítica del proceso vivido, lo que la diferencia de otro tipo de reflexiones sobre la práctica (evaluación e investigación), buscando penetrar en el interior de la dinámica de las experiencias y entender la lógica de los procesos; se trata de un ejercicio reconstructivo de un proceso y un aporte crítico al mismo, que busca aprender de la experiencia y comunicar esos aprendizajes.

 

La importancia de la sistematización, responde a la pregunta ¿Para qué se sistematiza? En este sentido, en tanto proceso productor de conocimientos cumple con tres funciones centrales:

Cualifica el conocimiento; es decir, genera conocimiento a partir del proceso de sistematización.

Cualifica la propia práctica, en cuanto implica la revisión de sus procesos y la mejora de sus resultados.

Suscita aprendizajes en las personas que realizan la sistematización (Ruiz Ruiz Botero, 2001).

 

Por tanto, la sistematización, obliga a reflexionar constantemente sobre las prácticas e implica repensar permanentemente en el sentido que tiene el quehacer, ayuda a reconocer avances y límites permitiendo aprender críticamente de los procesos de la práctica, permite tener un ordenamiento y una orientación acerca de la metodología utilizada, permite identificar las implicaciones y proyecciones a corto y largo plazo acerca de las prácticas sistematizadas, permite compartir con otras prácticas similares las enseñanzas surgidas de la experiencia y aporta a la reflexión teórica.

No obstante todo lo anterior, “(…) no hay una manera de sistematizar, ni hay una secuencia exacta de pasos y procedimientos que una vez desarrollados den por resultado mágicamente una sistematización (…)” (Jara, 1994), por lo cual existen diversas propuestas metodológicas que son factibles de utilizar o desarrollar.

 

 

Propuesta de una operatoria de sistematización

La guía construida por SENAME, presenta una propuesta que orienta la sistematización de experiencias en cinco fases:

 

Fase 1: El punto de partida (decisiones iniciales).

Estas decisiones tienen que ver con el momento de la experiencia, a partir del cual se organiza la sistematización; los tipos de registro que se utilizarán y los profesionales que realizarán la reflexión. En este sentido, se requiere necesariamente partir de la experiencia y haber participado en ella o estar participando en ella, aun cuando un externo coordine la práctica de sistematización; son quienes han participado quienes deberán sistematizar. Por otro lado, contar con registros de la experiencia, de todos los tipos, ya que, son de gran utilidad, porque permiten rescatar los sucesos tal como fueron y no como los recordamos. Asimismo, el conjunto de registros, aunque sean sistemáticos, no constituyen una sistematización en sí misma, sólo serán de utilidad cuando se utilizan como fuente de información para sistematizar la experiencia al que hace referencia.

 

Fase 2: Las preguntas iniciales.

Se relacionan con el objetivo o los objetivos de la sistematización; se refiere al sentido que tiene sistematizar determinada práctica. Responde a la pregunta ¿para qué sistematizar esa práctica?

El objeto a sistematizar, en cambio,  responde a la pregunta sobre ¿qué es lo que voy a sistematizar? Busca identificar la práctica que será susceptible de ser sistematizada.

El eje (o foco) de la sistematización es el hilo conductor que atraviesa la experiencia y está referido a los aspectos centrales de ella, es una columna vertebral que nos comunica con toda la experiencia desde una óptica específica. Define los aspectos principales de la experiencia que se van a sistematizar (no se tiene que sistematizar toda la experiencia, ni todos los aspectos).

 

Fase 3: Recuperación o reconstrucción del proceso vivido.

Se enfatizan los elementos descriptivos de la experiencia, por ejemplo, el nivel de profundidad a lograr y el tiempo que se dedicará a esta tarea, el que va a depender del grado de complejidad o duración de la experiencia y del nivel de precisión que esté planteado en el eje de la experiencia a sistematizar.

 

Reconstruir la historia.

Se trata de una visión global de los principales acontecimientos que sucedieron mientras se desarrolló la experiencia (o bien, hasta el momento en que se decide sistematizar una experiencia en marcha). Es necesario presentarlos de manera cronológica, para ello es indispensable acudir a los registros, pero también se podrán utilizar nuevas fuentes de información (debidamente registradas) como una entrevista o serie de ellas (tipo historia de vida). Puede ser útil elaborar una cronología o un gráfico o esquema que permita visualizar el desarrollo de la secuencia de hechos.También puede ser muy útil reconstruir la historia en forma de cuento o narración. No está demás incluir interpretaciones sobre la reconstrucción histórica de los hechos. Asimismo, puede ser muy útil incorporar los acontecimientos del contexto local, nacional o internacional que se asocien con ella. Si el período a considerar es largo, no hay que hacer una cronología detallada del contexto, aunque si es importante saber que ocurre en él durante los momentos fuertes o significativos de la trayectoria organizacional. Esta reconstrucción proporcionará las primeras informaciones para la posterior interpretación crítica de la experiencia.

Ordenar y clasificar la información.

Hecho lo anterior, se ubican los distintos hitos significativos del proceso que permitan ordenar dicha reconstrucción. Un instrumento útil para esta tarea es una guía de ordenamiento o lista de preguntas, que permita articular la información sobre la experiencia en torno a los aspectos básicos que interesan. El ordenamiento y clasificación de la información debe permitir reconstruir de forma precisa los diferentes aspectos significativos de la experiencia. Se deberá tomar en cuenta, de acuerdo al eje o foco de la sistematización, tanto las acciones como sus resultados y propósitos, de los promotores de la experiencia y de los participantes en ella.

 

Fase 4: La reflexión de fondo: ¿Por qué pasó lo que pasó?

Corresponde a la interpretación crítica del proceso vivido. Se trata de pasar del plano descriptivo al plano comprensivo, para encontrar la razón de ser de lo que sucedió en el proceso. En este punto es importante identificar todos aquellos hitos que hayan provocado cambios. Requiere de un Análisis, síntesis e interpretación crítica del proceso. Es necesario mirar por partes la experiencia (para efectuar análisis), ubicar los momentos de tensiones y contradicciones y realizar una síntesis del conjunto. La duración de este momento puede limitarse al espacio de un taller o servir de tema de reflexión de varios talleres o sesiones. Para explicitar la lógica y el sentido de la experiencia, se puede utilizar una serie de preguntas críticas. Lo importante es darse cuenta que las preguntas apuntan a:

los aspectos críticos de la experiencia,

a los cambios,

a las discontinuidades,

a los momentos de logros

a los momentos de dificultades,

a los cambios ocurridos en la planificación y

cambios en el desarrollo del trabajo.

 

Fase 5: Los puntos de llegada

La última etapa de la propuesta metodológica es formular las conclusiones y comunicar los aprendizajes. Formular conclusiones es volver de alguna manera al punto de partida, pero enriquecido con el ordenamiento, reconstrucción e interpretación crítica de la experiencia sistematizada.

 

Formular conclusiones.

Es expresar las principales respuestas a las preguntas formuladas en la guía de interpretación crítica, tomando como referencia principal el eje de sistematización y orientadas a responder los objetivos planteados al inicio. Las conclusiones son de

tipo práctico,

son enseñanzas, sobre aspectos positivos y negativos de las experiencias sistematizadas,

encaminadas a fortalecer las prácticas de trabajo de los equipos,

también pueden tener un alcance teórico, en la forma de un aporte al conocimiento de la práctica en sí misma.

Comunicar los aprendizajes.

Difundir los resultados de la sistematización permite que

 otros equipos puedan aprender de la experiencia,

 posibilitándoles no partir siempre de cero 

 no repetir los errores que se pudieron haber cometido (Asociación de Proyectos Comunitarios, 2005).

 darlos a conocer a un número mayor de personas, rescatando los aportes para mejorar lo hecho y advirtiendo sobre los aspectos negativos de la experiencia de trabajo.

 

La producción de materiales para comunicar los resultados se transforma en una nueva oportunidad para objetivar el proceso vivido, además que es útil para enriquecer la reflexión sobre la propia práctica. Una forma indispensable podrá ser la redacción de un documento, pero de tipo creativo que no se limite a exponer las conclusiones del trabajo realizado, sino que recree de alguna forma la experiencia vivida. También se puede pensar en cualquier otro medio creativo: teatro, cuentos, video, cómic, sociodrama, etc.

 

Proceso de Sistematización Fundación Tierra de Esperanza

 

A fin de facilitar la selección de aspecto a sistematizar se sugiere que aquellos programas con más de dos años de funcionamiento puedan rescatar aquellas prácticas innovadoras o que han resultado exitosas para intervenir una problemática. En esta línea, se buscará la difusión entre los equipos que permitan la transferencia del aprendizaje y el rescate del mismo, de manera que los procesos de reflexión puedan ser explicitados.

En el caso de los equipos que han comenzado a operar en un periodo más reciente (menor a dos años) se propone que seleccionen aquellas experiencias relacionadas con la instalación en el territorio y la coordinación con la red existente y otros programas que interviene en la población. Además, en esta línea se sugiere rescatar las experiencias relacionadas con la aplicación de los diversos modelos de trabajo de la Fundación con la población atendida en su territorio.

Para poder determinar con mayor claridad las diferencias entre ambas modalidades se ofrece una breve descripción de éstas. El concepto de experiencia alude a procesos vitales que están en permanente movimiento y combinan un conjunto de dimensiones objetivas y subjetivas de la realidad histórico-social. Es decir la sistematización en esta línea se debe centrar en las vivencias de los interventores y usuarios en su proceso de instalación o de inicio del trabajo con la población, así como también en la experiencia de aplicación de modelos de trabajo e intervención en un territorio determinado.

Práctica, por su parte, es el “saber hacer” de los equipos, sus competencias, lo que constituye su particularidad profesional; la práctica sería una actividad intencionada que se sustenta en un conocimiento previo y que plantea lograr objetivos de transformación. La manera en cómo se realiza el trabajo, es la práctica de trabajo.

 

Metodología

El proceso de sistematización de experiencias o prácticas debe ser desarrollado por los propios equipos a través de diversas estrategias, si bien se rescata que no existe una forma única de sistematizar es relevante tener claridad frente a lo que se quiere sistematizar y el porqué de sistematizar esa práctica o experiencia. La reconstrucción del objeto a sistematizar puede realizarse bajo diversas formas, se puede señalar que las fuentes de información podrían ser los integrantes del mismo equipo y/o la revisión de los registros existentes, entrevistas a profesionales de programas en coordinación si corresponde, o bien alguna encuesta breve a otros profesionales si corresponde y/o a los usuarios. Asimismo, el orden de la información, siempre tendrá como eje el objeto de sistematización, los métodos para este orden, pueden ser desde la cronología hasta alguna matriz de dimensiones o elementos que el mismo equipo que sistematice considere pertinente, siempre teniendo presente la práctica o experiencia a sistematizar, por lo que siempre existe información que no es pertinente agregar en dicho orden. Ahora bien, el orden debe permitir un análisis prolijo, ya que lo principal de la sistematización siempre serán los aprendizajes y conclusiones que se obtengan de ella. Del mismo modo, el análisis puede realizarse bajo cualquier formato de análisis de información, sin más complejización que el rescate de aprendizajes y de la forma de cómo transmitirlos (esquemas gráficos; matrices; lluvias de idea; FODA’s; árboles de decisión, de soluciones o de resultados; incluso el análisis semántico de la información obtenida).

El apoyo y asesoría técnica estará disponible durante todo el periodo desde el área Gestión del Conocimiento y Área Técnica a través de contactos telefónicos, correo electrónico y presencial donde sea posible.

 

 

 

 

Formato presentación

 

Introducción

Descripción de las características del programa, donde se reporten antecedentes que permitan comprender la práctica descrita y la problemática que le dio origen. En el caso de la descripción de experiencias, incluir la información de aquellos aspectos que permitan contextualizar la situación del equipo o los usuarios y que dio lugar a la experiencia que se describirá. Es una reflexión respecto al problema/situación/experiencia que se quiso intervenir/describir, factores que contribuyen a su aparición y cómo se dieron cuenta de su aparición.

 

Aspectos Teóricos

Un apartado en el cual los equipos se refieran a aquellos aspectos teóricos considerados para explicar la problemática y para diseñar la práctica que se desea describir en el caso de los programas que reporten prácticas. La teoría también puede aplicarse para contextualizar la experiencia que se desea sistematizar y deviene en una contextualización a apropósito del lugar desde donde se describe la experiencia, esto es un Programa de intervención específica.

 

Metodología

Descripción de la metodología utilizada, principalmente en cuanto a la recolección de la información, en este sentido, explicitar cómo se recogió la información, quiénes fueron las fuentes o qué registros se utilizaron para la construcción del relato. Además, identificar a los participantes del proceso de sistematización explicitando sus roles en dicho proceso. Finalmente, describir las jornadas de análisis y los registros utilizados para este análisis y construcción del documento final.

 

Descripción de la práctica o experiencia

En relación con el reporte de la práctica se espera contar con una explicación de la lógica seguida para generar la intervención o los cambios. Es decir, la reflexión que se tuvo al planificar la iniciativa y cómo se relacionan las acciones desarrolladas con una solución. La idea es que sea más allá de la descripción, porque se desea explicitar el aprendizaje del equipo para trasmitirlo a otros.

Además se considera relevante el reporte de los roles del equipo y colaboradores externos, para la planificación y puesta en marcha de la iniciativa. Factores del contexto que se consideraron en la planificación de la iniciativa o que no se consideraron y resultaron influyentes.

Si se trata de una innovación, en qué aspectos se diferencia de lo que se hacía antes o experiencias similares. Dificultades enfrentadas y factores favorecedores: descripción y sus relaciones con las decisiones adoptadas durante el proceso de implementación de la práctica o iniciativa. Estrategias de evaluación utilizadas si corresponde. Logros alcanzados: describir los efectos esperados y los no esperados. Replicabilidad: a juicio del equipo que elementos son necesarios para que se pueda aplicar en otros contextos o programas. Cuáles son los requerimientos para ello. Sustentaibilidad: los logros alcanzados en qué medida pueden perdurar y qué se requiere para que ello ocurra.

En el caso de la sistematización de experiencias resulta importante que los equipos puedan referirse  a los alcances que dichas vivencias podrían tener o han tenido para la intervención realizada con la población, las reflexiones a las que dieron origen, los cambios en las formas de trabajo que pueden derivar de ellas o los procesos de aprendizaje que tuvieron lugar en los integrantes del equipo. Se buscará reflejar en qué medida la experiencia puede informar la toma de decisiones y planificación futura respecto de los procesos de intervención.

 

Conclusiones

En este punto se espera que se pueda elaborar un texto que de cuenta de cuáles fueron  los aprendizajes centrales a rescatar para el equipo, cuáles fueron los logros esperados o no planificados que pudieron observarse (como breve recapitulación), qué aspectos de la práctica se considera que son aplicables a otros contextos o equipos. Qué áreas desearían o creen que debieran seguir desarrollando.

 

Bibliografía

Incluir las referencias consultadas

 

 

Plazos:

 

01 a 31 Agosto: Inscripción de práctica y/o experiencia a sistematizar

01 Septiembre a 31 Diciembre: Construcción de documento de Sistematización.

01 Enero a 28 Febrero: Revisión de documentos por parte de Área Gestión de Conocimiento y Área Técnica.

Marzo 2013: Preparación de presentaciones y coordinación de actividades de difusión.

Abril 2013: Actividad de difusión y premiación.

 

Consultas e informaciones: gestion.conocimiento@tdesperanza.cl Fono: 041-2106862