Un total de 45 niños y adolescentes pertenecientes a la Fundación Tierra Esperanza esperan ser recibidos por una familia de acogida.

Solo 6, de los 51 menores pertenecientes a la organización, se mantienen con una familia de acogida externa. Así lo dio a conocer Fernanda Parra, directora del programa Familias de Acogida que se ejecuta en Tarapacá y que pertenece a la fundación.

“Lamentablemente solo un 10% está con una familia de acogida externa, por tanto, queremos potenciar poder visibilizar esta alternativa que existe en la región donde las familias pueden interesarse en hacer algo por otro que está bastante indefenso”, dijo Parra.

En relación a la labor que emprende la Fundación su directora refirió que tiene como base, favorecer la restitución de uno o varios derechos que a estos niños y adolescentes les han vulnerado en algún momento de sus vidas.

“Se entrega atención a través de distintos roles y profesiones a la infancia más vulnerada. Trabajan abogados, médicos, psicólogos, psicopedagogos y trabajadores sociales que se dedican a atender las problemáticas que afectan a los niños y adolescentes vulnerados”.

“Atendemos a estos niños que han vivido la vulneración del derecho a vivir en una familia estable y protectora y que se sitúan en la totalidad del territorio. Nuestros casos pueden estar en las caletas cercanas o en poblados más alejados como La Tirana”, manifestó.

Parra detalló que el objetivo del programa no es solo favorecer la superación de alguna secuela o daño por vulneración, sino también darle a los padres la oportunidad de mejorar las condiciones del ejercicio parental para que, en algún momento, ellos puedan recuperar el cuidado de sus hijos. “Atendemos a niños que, a consecuencia de una vulneración de derechos un tribunal tomó la determinación de separarlos de mamá y papá por estos eran un riesgo para ellos”, expresó.

En esta separación, contó, ingresan al programa de Familias de Acogidas. “Ahí trabajamos con los niños y con las familias que los acogen en relación a todas esas dificultades que pueda tener este proceso de acogida y, con los papás”, dijo.

El programa trabaja con dos líneas: las familias extensas que se refieren a familiares que ya son conocidos por los niños, y por otro lado, las familias de acogida externas. “Nuestro enfoque está en lograr captar familias de acogidas externas. Son familias que voluntariamente se postulan de manera directa o a través del Sename y pasan a una evaluación psicosocial”, planteó.