Región del Biobío. A un año de los incendios forestales ocurridos en la región del Biobío, Fundación Tierra de Esperanza, a través de su Unidad de Gestión de Riesgo Desastre, continúa realizando diversas acciones educativas de prevención.

Claudio Guerrero, coordinador de esta Unidad, señaló que “es necesario estar permanentemente realizando acciones formativas para reducir los riesgos de desastre. Hoy estamos desarrollando una experiencia piloto en Chiguayante, en el programa de prevención focalizada Río Joven de la Fundación, promoviendo el Plan Familia Preparada; esto incluye el enfoque de participación de los niños y niñas en su autocuidado , como también, acercarlos a conocer los recursos de su propia comunidad para hacer frente a una emergencia”.

Las instituciones orientadas a dar respuesta a la infancia frente a una emergencia son escasas. Fundación Tierra de Esperanza tiene la experiencia de trabajar la gestión de riesgo de desastre con énfasis en la niñez, convirtiéndola en una de las pocas especializadas para este rango etario. Lo anterior permitió durante el terremoto del año 2010 brindar una contención y acompañamiento a los niños y niñas afectados por uno de los terremotos más grandes de la historia mundial, y también dar una primera respuesta en  otros desastres como: aluviones e incendios.

En este mismo contexto, y detectando la necesidad de situar el foco de atención en la infancia, Tierra de Esperanza capacitó a comienzo de este año a  profesionales de la región del Biobío en Primeros Auxilios Psicológicos, en coordinación con distintos organismos gubernamentales, entre ellos SENDA, Fundación Integra, Gendarmería y el Ministerio de Salud. Esto se suma a otras acciones que ya se han realizado con universidades y también en alianza con UNICEF.

 

Un cuento escrito e ilustrado por niños y niñas afectados por los incendios

En la comuna rural de Hualqui el incendio de la temporada estival del año 2017 consumió, entre otros muchos espacios, la escuela San José de La Palma. En su plan de acción, la Unidad de de Gestión de Riesgo de Desastres de Tierra de Esperanza, que cuenta con estándares internacionales, le permitió activar la fase de contención y recuperación hacia la comunidad infantil. De esta forma, actividades asociadas al juego y a la recreación fueron parte de este componente dando pie a la creación colectiva de un cuento escrito e ilustrado por ellos (revisa aquí) y también a la reconstrucción de un invernadero que según los profesores, familias y alumnos era un símbolo dentro del establecimiento.