Con inmenso cariño y profundo pesar fue despedida Pamela Rojas Rojas por sus familiares, amigos y el equipo de Fundación Tierra de Esperanza, ante su sensible fallecimiento ocurrido en su tierra natal de Calama.
La joven profesional destacó por su vocación, solidaridad y alegría en los cerca de cinco años trabajados en la institución. Cuando tenía 25 años y como técnico social ingresó al Programa Especializado en Explotación Sexual Comercial Infantil (PEE) Intikaya, siendo una activa educadora que trabajó para reparar el daño de niños, niñas y adolescentes víctimas de este delito. Paralelamente, sus ansias de seguir aprendiendo, la llevaron a terminar su carrera de trabajadora social, la que le permitió también entregar sus aprendizajes como profesional del programa de reparación del maltrato infantil PRM Ckapatur.
Gloria Carrizo, directora de este último programa y donde se desempeñaba últimamente Pamela, señaló con emoción el sentir del equipo: “cuando recordamos a Pame espontáneamente surgen las risas, ya que contagiaba con su alegría. Nos quedamos con su disposición, compromiso, optimismo, motivación y humildad. Nos impresionaba con sus deseos de aprender. Y pese a su ternura y niñez que la caracterizaba, lograba ser conciliadora, mediando con su reto afectuoso y maternal. Nos queda el consuelo de haber conocido a una gran profesional que sin duda le faltó tiempo para concretar sus sueños y seguir aportando a nuestros niños, niñas, adolescentes y a sus familias”.
El programa Ckapatur donde actualmente se desempeñaba decidió mantener su agenda de celebraciones de fin de año porque para ellos también es un homenaje a la alegría que legó a Fundación Tierra de Esperanza, y a su preocupación permanente de dar lo mejor para la infancia.
Su temprana partida es sentida en Fundación Tierra de Esperanza y en todos quienes la conocieron, pero su recuerdo será siempre desde la alegría y compromiso con los niños, niñas y adolescentes.