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Una nueva hoja de ruta con la gestión que marcará el periodo 2022-2024, presentó el director ejecutivo de Fundación Tierra de Esperanza, Rafael Mella Gallegos, a las y los trabajadores de la institución en el marco de los desafíos vinculados a la misión institucional.

De esta forma, abrió la jornada entregando su reconocimiento a los equipos por el trabajo desplegado durante el  periodo de pandemia, lo que ha permitido ininterrumpidamente entregar una atención a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes. “Quiero aprovechar este espacio para hacer un reconocimiento por el trabajo que hemos desarrollado durante todo este período de pandemia, sabemos que ha sido un período difícil tanto en lo personal como en lo laboral, sin embargo, como fundación hemos logrado mantener el cumplimiento de la misión institucional y eso nos tiene a todas y a todos muy contentos”, enfatizó.

Además, señaló que los objetivos estratégicos del periodo tienen un sello participativo, que a la  base están  las distintas miradas que surgieron de los encuentros con equipos de todas las regiones y señaló que “hemos dado un énfasis en que sea construida entre todas y todos, queremos hacer partícipes a nuestros equipos de la planificación estratégica, de la consecución de los objetivos que nosotros tenemos como organización. Hicimos un trabajo participativo en la organización, una reflexión y análisis permanente con un proceso sistemático y estructurado para priorizar aquellos objetivos que nos parecían los más relevantes y los que tenían un tinte más estratégico”, indicó.

Fue así como surgieron 174 propuestas en distintas instancias de participación, dando origen a 15 ideas estratégicas para finalmente materializarse en los tres objetivos estratégicos del periodo. Estos últimos se enmarcan en implementar una estrategia de incidencia en temáticas asociadas a la calidad de la atención de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes participantes de los programas; fortalecer una estrategia de desarrollo de competencias de liderazgo de equipos de trabajo  para seguir contribuyendo  a la calidad y la mejora continua; y finalmente, crear una política diversificada de captación y generación de recursos financieros para favorecer una mayor autonomía institucional.

Asimismo, Rafael Mella indicó que el desarrollo técnico que ya se venía impulsando, seguirá fortaleciéndose “nos interesa mucho que seguir manteniendo el liderazgo en el desarrollo técnico de la Fundación y poder aportar a la política pública no solamente la buena ejecución del programa, sino que también con propuestas, con ideas, con sugerencias de mejora para que podamos responder de mejor manera a la necesidad de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes”.  Además agregó que el eje con énfasis en las personas también será un continuo desde el cuidado, como también un mayor contacto y comunicación con mayor presencia en los programas, “tenemos absoluta claridad que la misión institucional se cumple en los programas y es por eso que tenemos que saber cuidar a todos quienes somos parte de esto”. Así también destacó la importancia de potenciar la conectividad y las comunicaciones, en un periodo donde la tecnología ha cobrado un mayor impacto impulsado por la pandemia.

La agenda estratégica institucional mantiene en el centro las acciones que buscan contribuir a una mejor atención de la niñez y adolescencia, y también en la personas que a diario trabajan en la misión institucional. A la fecha la agenda de incidencia continúa su desarrollo para buscar que el foco siga transversalmente puesto en la infancia.