Nacido en Copiapó, Carlos Rojas Castro es Trabajador Social, Magíster en Dirección y Gestión de Recursos Humanos y desde el mes de julio, asumió como nuevo Director Zonal Norte de Fundación Tierra de Esperanza.

Hace más de 9 años que ingresó a la institución a trabajar en la línea de tratamiento terapéutico para la rehabilitación de niños, niñas y adolescentes con consumo de drogas. Hasta el mes pasado ejerció como director del programa Riviera Concepción, modalidad de esta línea, y donde su convicción siempre fue trabajar por entregarles una mejor calidad de vida. Ahora sabe que seguirá este camino con más fuerza y de manera más amplia:  liderando los procesos de los más 30 programas emplazados en Tarapacá, Antofagasta y Atacama. Un desafío que asume con motivación y de manera muy positiva, alineado a la misión de Fundación Tierra de Esperanza para seguir avanzando en la mejora continua y la calidad de la gestión para una mejor atención a la población infantojuvenil que participa en los programas.   

¿Cómo recibes el desafío de asumir la Dirección Zonal Norte?

Para mi es un gran desafío que me podrá mostrar qué más puedo hacer por nuestra institución. Dentro de mi principal  objetivo está la unión de Fundación Tierra de Esperanza, que cada uno de nosotros y de nuestros colaboradores, se empape del sentido de pertenencia. Sé que hay una persona detrás del cargo, y por ende es la importancia de ser no un grupo de trabajo, sino un equipo, una familia. 

¿Qué significa ser parte de Fundación Tierra de Esperanza?

Es parte de mi vida(…) hoy ese mismo desafío me lleva a  asumir esta responsabilidad de liderazgo en la zona norte, tanto para los niños, niñas y adolescentes, como de cada compañero con los cuales trabajamos. A los equipos les invito a que realicemos un trabajo colaborativo y cohesionado, siempre en pro de nuestra misión y visión institucional. Que los canales de comunicación están abiertos para el mejoramiento continuo desde mi liderazgo, y de los objetivos institucionales. Que no me vean como un jefe, sino como un compañero que está para ayudarles y canalizar las inquietudes, además de guiar los proyectos y objetivos estratégicos de la zona.

¿Qué te gustaría para la niñez y adolescencia que participa en nuestros programas?

Puede sonar utopía, pero creo que es donde debemos mirar, siempre velando por el interés superior del niño. Que  cada niño, niña y adolescente que esté en nuestros programa salgan con una mejor calidad de vida en las diferentes esferas de ésta. Que cada programa tenga como sello la calidad, la empatía y el calor humano en cada atención, tanto  con los niños, niñas y adolescentes, como con sus familias y/o adultos responsables. Que les dé agrado participar. Que se sientan cómodos, que al momento de egresar puedan decir gracias por todo y esto sea el mejor pago para cada uno de nosotros.