Región Metropolitana. En medio de la crisis sanitaria mundial la tecnología se ha instalado con fuerza en Fundación Tierra de Esperanza, cumpliendo un rol importante en la gestión de la comunicación con los niños, niñas y adolescentes.

Jorge Leiva, director del proyecto de Apoyo Socioeducativo (ASE), utiliza las redes sociales y plataformas de videoconferencias para mantener el vínculo y la comunicación con los 90 jóvenes del programa, que recibe apoyo del Servicio Nacional de Menores, y que está emplazado en el sector sur poniente de la región Metropolitana . El uso de las herramientas tecnológicas les ha permitido dar continuidad, en modalidad remota, al apoyo socioeducativo y de intervención especializada de carácter pedagógico y psicopedagógico a adolescentes y jóvenes que han estado en conflicto con la justicia.

Según explicó Leiva, lo más relevante ha sido mantener la comunicación: “es muy importante conversar con los y las jóvenes, y en muchos casos con sus adultos responsables por teléfono o por whatsapp (…) hemos conocido su estado de salud y conversado sobre qué quieren o piensan del tema de educación”.

La interacción la promueven también a través de tutoriales o cápsulas audiovisuales breves, donde dan a conocer las medidas de prevención incorporadas en el protocolo sanitario, y así contribuyen a generar conciencia.

Para Jorge Leiva “la estrategia principal es la comunicación y hacer lo que nos hemos comprometido con cada uno de ellos y ellas, mantener dentro de lo posible algunos horarios. Por ejemplo, si alguien asistía los martes (al programa) desarrollamos trabajo socioeducativo, mantenemos ese día de contacto y/o monitoreo. Vamos explorando con cápsulas audiovisuales, pero desde lo progresivo, porque la intención no es generar un estrés mayor ni que se vean sobreestimulados, o que provoquen un efecto contrario al que estamos buscando”, indicó. 

En tanto, Paula Carrasco, directora zonal centro de Fundación Tierra de Esperanza, destacó la gestión que han logrado los programas de intervención con niños, niñas, adolescentes y sus familias. “En el contexto de la pandemia por la que cruzamos a nivel país y mundial, ha sido sin lugar a dudas un aprendizaje de creatividad, innovación y motivación para mantener un trabajo cercano colaborativo. Al iniciar el formato de teletrabajo, tuve cierto temor de pensar cómo continuar los procesos de intervención, y no sólo monitoreo con niños y jóvenes, sin embargo, en la medida que directores me fueron compartiendo las distintas estrategias desplegadas, quedé completamente sorprendida y feliz de las capacidades de los equipos para adaptarse a nuevos escenarios”, afirmó.

Opinión de Jóvenes del Proyecto

Valentina tiene 18 años y hace 11 meses está en el proyecto. Para ella, esta modalidad ha sido positiva: “ me ha gustado, por ejemplo, hacer tareas por correo, que sea un trabajo online y muy beneficiario, y también nos ayuda aprender otras modalidades de aprender. Me da un buen ejemplo el ASE y gran ayuda y motivación a no dejar los estudios”, indicó.

Luis ( 17 años) afirmó que “hasta ahora me ha sido más fácil, porque no he tenido que salir de mi casa, he recibido varios llamados de los tíos para saber cómo estoy, y estoy tranquilo porque sé que igual seguiremos estudiando y no perderé el año, que era lo que pensé que pasaría con esto del coronavirus, y este año saco el cuarto (…) agradezco la posibilidad que me están dando, me gusta la idea de hacer guías desde mi casa. Tengo un primo que ya saco el cuarto y me dijo que me ayudaría también”.

Para Jorge Leiva la expresión de los jóvenes cuentan. Explicó que “todas las acciones tienen un enfoque participativo, queremos sean parte de lo planificado y no desde el discurso, sino desde la acción (…) esta situación   también hace que los y las jóvenes estén más ansiosos, por eso es que estamos siendo cuidadosos en lo que vamos proponiendo, porque queremos contar con esta buena recepción que hemos tenido”.